Algunos momentos quiero arrancarme las uñas y bañar en sangre la desesperación que me clava puñales oxidados en las vértebras, reventar el pequeño mundo en el que me muevo rompiendo todos los espejos en siete, a ver si hay suerte. Momentos en los que me chirría la vida como un tren repleto de frenos, derrapando en pizarras llenas de raíces cuadradas sin calculadora. Y quiero estallar cristales contra las farolas para no descubrir, una vez tras otra, que ya no me barre los pies mi sombra sino una mancha, densa, que me anuda los tobillos al alquitrán seco de tus ojos desiertos.
En vez de eso, sigo sentada con un vaso mediado mirando mis piernas cerradas, tu ventana sellada.
Sonando: “Corazón de tango” de Doctor Deseo
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Para, creo que voy a vomitar dijo...
A cal y canto están cerradas! Pero no cierres tus ilusiones.
7:34 p. m.
Natxo sin parentesis dijo...
Te comento ahora que sé que lo leerás (bienvenida al norte de nuevo) para decirte niña, que hechizas, embrujan tus palabras y te amordazan el corazón rodeándolo con tu piernas infinitas (preciosa foto). Es un placer acercarme a tus letras.
2:50 p. m.