Te fuiste y sólo fui capaz de retenerte en el espejo. En esa última mirada atrapada en el tiempo líquido que se nos escurría en las manos, tiñendo de plata vieja los escasos recovecos que nos quedaban. Ya no existía lugar para el recuerdo cuando estalló tu imagen en mil pedazos repletos de mala suerte, al compás de la puerta tras de ti. Escribí un adiós asonante en el suelo y me propuse quemar todas las rayuelas cuya meta no fuera tu cama. Y ya de noche, me acosté dejando encendida la luz de las puertas abiertas, por si acaso se te ocurría regresar…
… más raro fue aquél verano que no paró de nevar…*
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sergisonic dijo...
elpeligro de espejos oscuros en el que no encuentras a nadie reflejado, ni a nadie al otro lado.
un beso a los dos.
5:10 p. m.
mc clellan dijo...
Hay gente que ni siguiera es capaz de retener la imagen del espejo. Borran sin querer el rostro que extrañan cada vez que intentar recordarlo. Y lo buscan en la cara de la gente con que se cruzan en las calles, pero nunca descubren si el que han visto es el que dejaron marchar o el que se fue.
3:22 p. m.
Laura Pando dijo...
No sé por qué, mientras leía, imaginé que el espejo era el de un retrovisor...y pensé (o recordé) que mirarlo mientras te alejas es lo peor que puedes hacer...Hay imágenes que se registran en algún rincón del corazón al que el olvido no sabe (o no quiere) llegar.
8:48 p. m.